Los cerrajeros son expertos en seguridad que se encargan de reforzar los sistemas de seguridad más importantes de una vivienda, en este caso las puertas de entrada. Estos profesionales de la seguridad conocen perfectamente todo lo relativo a una cerradura y cuentan con herramientas especializadas que les permiten abrir puertas sin tener que forzar cerraduras.
Como parte de su trabajo, los cerrajeros instalan cerraduras en puertas blindadas o puertas acorazadas para evitar que el ladrón fuerce la puerta y pueda acceder a nuestra casa. Los robos en viviendas han ido aumentando notablemente durante los últimos años en todas las provincias, siendo algo habitual en determinadas épocas del año.
En este artículo vamos a describir algunas funciones o tareas que realiza un cerrajero para que podáis tener una idea de en qué consiste en tipo de trabajo.
Apertura de puertas
Una de las tareas más habituales de un cerrajero es abrir puertas de urgencia. Las puertas pueden estar atascadas o que simplemente nos hayamos olvidado de las llaves en el interior del inmueble, algo muy común en personas mayores o personas despistadas.
La apertura de urgencia implica un coste mayor por el grado de inmediatez y, además, por el hecho de trabajar bajo presión. Muchas veces la apertura de urgencia implica una presión adicional para el profesional de cerrajería ya que el propietario tiene más prisa en entrar en la casa.
Cambio de cerraduras
Esta tarea también es muy habitual en la profesión de cerrajero porque muchas personas suelen romper las cerraduras de sus casas. Un intento de robo puede provocar que las cerraduras de nuestra casa queden inhabilitadas y necesitemos cambiarlas.
Una compra de una vivienda también suele conllevar el cambio de una cerradura ya que los nuevos propietarios prefieren cambiar el dispositivo de seguridad para evitar que los antiguos dueños tengan acceso a la vivienda.
Cerraduras antibumping para evitar robos
El bumping es uno de los métodos de robo más comunes entre los ladrones ocasionales o profesionales. Esta técnica tan extendida en toda Europa se basa en introducir un objeto en la cerradura (llave) y golpearla para destrozar el interior de la misma y abrir la puerta sin esfuerzo.
Es una técnica relativamente sencilla que implica muchos robos al año, por lo que los cerrajeros se ven obligados a instalar cerraduras anti bumping con el fin de evitar este tipo de asaltos en las vivienda y oficinas.