El porqué de la crisis ¿Qué ha pasado en la UE en los últimos años? La UE y sus instituciones, como el Banco Central Europeo (BCE), ha sido motor de la globalización neoliberal. En los ochenta, operó las políticas de restructuración para desmontar el Estado de Bienestar, infringiendo una derrota estratégica a la clase trabajadora europea, lo que contribuyó a que el capitalismo neoliberal sentara sus reales a nivel mundial en lo económico, político e ideológico. La fragmentación propia de la nueva forma de producir: descentralización y relocalización, facilitaron los golpes a las condiciones de los trabajadores.
Las operaciones financieras se volvieron tan rentables que atrajeron a los capitales productivos. Representaban, en apariencia, la riqueza de los países y el motor de la economía global. ¿Y la deuda? En los setenta, la deuda de los países europeos empieza a crecer.
Cada crisis económica recesiva va haciendo más grande el déficit público. El endeudamiento da un salto entre 1982-1983, con la liberalización financiera y la colocación de obligaciones o bonos del Tesoro en el mercado.
Antes, el alza en el gasto público tuvo que ver con la creación de condiciones para la acumulación del capital y con las necesidades sociales que debían ser atendidas, a fin de estabilizar la dominación del capital.
Después de 1980, el endeudamiento no está ligado ya al exceso de gastos públicos, sino a una baja en los ingresos, por las políticas fiscales gubernamentales que eluden imponer impuestos a las grandes fortunas y a las operaciones financieras, y fomentan la existencia de paraísos fiscales, donde los capitales escapan de cualquier fiscalización.
El endeudamiento beneficia a fracciones de capitalistas, que se convierten en acreedores del Estado. Los intereses que generan esos préstamos, son pagados con sus impuestos por los trabajadores. En los últimos 20 años, este modelo especulativo ha ido de crisis en crisis: por la quiebra de fondos volátiles o por el riesgo de suspensión de pagos de deudas. Ante éstas, el capital extiende las prácticas especulativas.
En 2006, en Estados Unidos reventó la burbuja de las hipotecas inmobiliarias, generando una contracción del crédito y una crisis de liquidez del sistema bancario. Esto aceleró la globalización de la actual crisis del capitalismo, que desde 2007 se ha ido instalando en los cinco continentes.